El hombre de la calle.
Dice Jaime Roos en su canción:
“El hombre de la calle
sigue yendo a trabajar
porfiado, de sombrero
aguantando el temporal” . Este hombre se llama Hombre. El calor del vino barato lo encontraron, lo invadieron lo durmieron, allí en la esquina con su muleta y todo. La cintura sobre el cordón de la vereda y las piernas en la calle. Solo el vino rompe-neuronas pudo dormirlo con ese calor y el sol en el alto cielo. Los vecinos de la cuadra comentaban y miraban, yo iba acercándome y al igual que ellos no se me ocurrió llamar a la Salud Pública, igual yo no soy él. Yo soy Alberto, no me llamo Hombre. Él tiene rasgos indígenas, es del interior del Uruguay y vive muriendo en la Ciudad, no tiene VISA ni MASTER CARD, tiene una pierna y ¾, la muleta quiere ser el ¼ que le falta, dudo que pueda. Es una tarea difícil para la madera suplantar la carne, los tendones y los huesos. Tengo idea no vaga de porqué llegó así a esa esquina y mas idea tengo de su andar por la vida hasta hoy.
Deseo no se ponga el sol, deseo que se detenga el tiempo. Si la oscuridad acontece es posible que el tráfico vehicular le regale una silla de ruedas y a no le será útil la muleta.
“El hombre de la calle
atraviesa el temporal” . Hombre, mañana tal vez ayude a realizar anotaciones en el libro de “Entradas al Cielo”. Un buen trabajo, viáticos, comida, ropa, confort inteligencia y piernas.
Albertico.
10/01/2008
*Por el uso en otros foros de este cuento comunicarse con http://www.blogger.com/alberto3alberto@gmail.com este pedido se refiere a mi interés en saber donde se usa y quien, mas o menos como cuando uno desea saber en que están sus hijos, gracias*
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