Enero 2008.
EL SENSOR.
Sensor: Aquel o aquello que, mide, que toma datos, que los transmite, que los almacena.
Estaba en mi tercera internación, en aquel tiempo las micronarcosis me hacían efecto. Me despierto con la sensación de que era la 2ª vez en el día, me duelen las sienes, ¿Dónde estoy? Es de mañana y gritan:
- ¡Desayuno! Me siento en la cama masajeándome las sienes, un picor en el brazo y una vendita. La saco y veo la vena perforada, sin sangre. Empiezo a saber que pasó. Me paro y me tambaleo un poco. En la mesa de noche mis cigarros, el encendedor y un papel escrito. La letra es mía y dice: "Roberto, hoy día de electroshock, acordate de hablar con Daniel por la gimnasia" Roberto. Ya se completó el cuadro, yo me dejé la nota para que la pérdida momentánea de memoria no me hiciera olvidar lo de la gimnasia. En el comedor desayuné, me lo habían guardado por que yo lo pedí-me dijeron-. Fui al baño y salí al patio, me abrazan Daniel y los otros, me cuentan para que recuerde y eso me hace bien. Le cuento a Daniel la idea.
- Ya que tenemos el patio y nadie viene para que hagamos un poco de gimnasia, ¿té animás vos a coordinar ejercicios?
Daniel es cinturón negro de karate.
- Si yo puedo, ¿hacemos ejercicios fuertes?
- No, ni se te ocurra enseñar karate, acá sería un peligro.
- Tenés razón.
- Entonces que te parece rutinas de ejercicios, piernas, brazos, para salir de esta quietud total y recuperar musculatura.
- Me parece bueno. ¿Empezamos ahora?
- Si, voy a llamar a los compañeros.
El primer día terminamos cansadísimos, que gratificante y doloroso. En los días siguientes continuamos los ejercicios y mejoramos el estado muscular, el anímico y el sueño. Incluso me enteré después que esa actividad mejoró la salud de todos a tal grado que el reporte que hacían al siquiatra fue positivo y disminuyó los días de encierro en el sanatorio. Encontramos un remedio que no viene en pastillas, el esfuerzo por mejorar y el trabajo colectivo.
- Daniel, vos ¿Por qué estás internado? No se nota nada descontrolado en tu vida acá.
- No sé que tengo, pero si sé que hice algo loco.
-¿Qué hicistes?
- Ya en la iglesia a punto de casarme, 400 invitados a la fiesta posterior, en el momento en que el cura pregunta: "Acepta por esposa a … salí corriendo y me escondí en casa.
- ¡Que! ¿Dejaste a tu futura esposa, parientes y 400 invitados plantados?
- Si, me vino una idea de que algo estaba mal y huí. Llamaron a la emergencia y acá estoy.
-Está bien, date tiempo pero no te alejes de ella, siempre puedes retocar las decisiones, bueno si es que querés.
- Ya veré.
Se oyó el grito: "Almuerzo y medicación " "Medicación y Almuerzo". Pasé a lavarme las manos y en el comedor todas las mesas ocupadas. Sólo una, la que tiene lugar para 2 personas tenía un lugar libre. Me senté a tomar la sopa. No conocía al otro interno. Debe haber ingresado a media mañana. Demoraron en traer el plato principal y me puse a observar al nuevo. Estaba muy tranquilo, sus ojos me decían que no estaba sedado, era su Paz. Paz que asomaba, se dejaba percibir. Le pregunté:
- ¿Cómo té llamás? Yo Roberto.
- Mi nombre es Carlos.
Traen la comida, él come lento y con delicadeza, yo también como así, me gusta saborear bien, encontrar los sabores sutiles aún en esa comida de hospital.
Terminamos casi juntos y prendimos un cigarrillo antes del postre, había crema casera.
- Roberto, sé que hace tiempo pasas muy mal.
- ¿Me conoces? ¿Conoces mi enfermedad?
- Te conozco y tu padecimiento no es enfermedad.
Esto que me decía no era poca cosa, era muy difícil de creerlo, era alguien internado conmigo, y los que estamos ahí tenemos diferentes enfermedades. ¿Cuál será la enfermedad de Carlos?
Iba a seguirle la conversación sin darle importancia, pero no pude, lo atendí minuciosamente y con respeto.
- Carlos. ¿Cómo sabés que no es enfermedad lo que yo padezco? ¿Y vos que tenés?
- Yo no tengo nada, pero les hice creer que si para estar contigo. Es fácil simular un estado de alteración que haga que un médico de Urgencia te interne en un Siquiátrico.
- Te equivocas, el de urgencia no té interna, en todo caso llama al especialista en siquiatría y ése si determina si te traen acá o no. ¿Que hiciste?
- Compre varia cajas de medicamentos, vacié las pastillas y las tiré dejando las cajas a la vista. Tomé una sola de somnífero, me dejó semi dormido en minutos, antes de dormirme del todo llamé a urgencia y dije que estaba triste me había tomado un montón de pastillas.
- Lógico, el resto me lo imagino. Te tocó el lavaje de estómago.
- Un asco.
- Ja, ja, acá no se entra así como así.
- Roberto, logré lo que quería y el costo fue mínimo.
- Decíme lo otro: ¿Cómo sabés que no es enfermedad lo mío?
- Nosotros estamos cambiándote, no mucho, necesitamos nos ayudes.
- ¿Cambiándome? ¿Como? ¿Para que?
- Si, te estamos cambiando y eso es lo que te produce las molestias que los Drs. diagnosticaron como: "Depresión nerviosa endógena" y que inútilmente tratan con medicación.
- Carlos, ahora me estás enfermando vos!!, con esto que me decís ¿Porque te creo?
- Me creés porque es cierto. Los cambios no son dañinos, pero su costo es que tenemos que deprimirte para hacerlos.
- Seguís diciendo cosas que nadie creería ¿Porqué me parece que si, que son ciertas?
- Pues son ciertas. La forma en que te cambiamos no es difícil de explicar, es difícil de hacer. Los humanos tenemos capacidades desconocidas. Algunas de tus capacidades las estamos mejorando, a otras las potenciamos, pero en tus genes está la información.
- ¡¡Fenómeno!! Así que me reprograman los genes!!
Exactamente eso, pero no introducimos NADA que no tengan los humanos. Potenciamos y activamos.
Carlos el comedor está vacío y vienen a limpiar las mesas, ¿vamos afuera?
hoy no quiero dormir siesta.
Yo te recomiendo que salgas, camines un poco y recostate, necesitas descansar
Mañana seguimos charlando.
Acepté sin dudar, me moría por terminar de saber esa rara historia. Era entretenida y tenía sabor a realidad. La llegada de Carlos, agregó un interés en que llagara la hora de almorzar.
Al día siguiente hicimos con Daniel- como entrenador – la gimnasia de todos los días casi hasta la hora de almorzar. Esperaba encontrar a Carlos, no lo había visto en toda la mañana, no sabía cuál era su habitación. En el comedor desde la mesa chica Carlos me llamaba. Me senté con él y comiendo juntos continuó la conversación.
¿Cómo estás Roberto?
Bien. Descansado y ansioso por terminar de conocer eso que me has contado.
Cuando salgas del sanatorio, vas a pasar períodos de mejoría y otros de malestar. Vos vas a decidir no internarte mas, no lo necesitarás, ya no tenemos mas cambios que hacer en vos, pero tu o tus médicos en las recaídas – que te quedan pocas- querrán internante por su incapacidad de manejar tu "enfermedad", vos dirás: "No, no me interno" y ellos seguirán sus inútiles tratamientos sin plantearte mas la hospitalización.
Casi olvidarás éstas conversaciones que hemos tenido donde te he revelado nuestra tarea sus consecuencias en tu salud, aparentes pero dolorosas, discúlpanos.
¿Que querés decir? ¿Qué voy a seguir pasando bien, pasando mal? Estos cambios ¿no
me ayudarán?
Sí te ayudarán, unos años son necesarios para que la reprogramación funcione, esos años estarás regular, no bien del todo.
¡Puta madre! ¿Cuál es el fin, el por que de esto que me han hecho?
¡No te enojes! Tu vida discurrirá y nuestra intervención la recordarás cuando los cambios comiencen.
Me cansaste con todo esto de cambios, de pasar mal, sólo una cosa me gustó y es que
podré decir NO a volver a estos lugares, ¿Te veré de nuevo?
Hay algo importante: Debes tomar decisiones sobre tratamientos, buscar, cambiar y pedir ayuda, buscar de nuevo y será tuyo el camino de la recuperación – No es un engaño – nosotros somos fuimos seremos un accidente en tu vida. Y de aquí en mas
la controlarás vos, has de tomar el camino correcto, ensayo y error, ensayo y acierto, té
recomiendo ese método.
¿Quiénes son ustedes? ¿De donde?
Termino de almorzar y me voy de alta. Que pases bien.
¡Esperá! ¡Contestáme por favor!
Y Carlos se fue por la puerta de salida a la calle como si fuera un funcionario que termina su turno. Corrí a mi habitación, sus ventanas dan a la calle y le grité:
¡Chau Carlos!
¡Chau Roberto!
¿Sería real? Era real.
Ocho años después decido recomenzar terapia cansado de ser desahuciado por siquiatras varios. Nuevo diagnóstico con resultado prometedor, nada grave. ¿¿¡¡Nada grave!!?? Cositas de la infancia, bajamos medicamentos a casi nada y continuamos con terapia, esas cositas no son mucho, pero son antiguas y "duras de pelar". No más antidepresivos, no mas depresión tampoco. No es mágico. Es fruto de mi esfuerzo, de mis posturas criticas, de mi auto análisis, de mis decenas de intentos para salir, en éste último encontré la puerta, La Puerta. Todo estuvo en mis manos y falle. Siguió en mis manos anduve casi bien y fallé.
Y como todo siguió en mis manos ésta vez NO FALLÉ y soy muy feliz. Vivo, trabajo
disfruto esta vida y soy feliz.
Estaba plantando en el jardín flores, tunas, y tomates. Usaba una herramienta con mano derecha -soy diestro-. Cuando tengo que trabajar a mi izquierda paso la herramienta a la siniestra y sin darme cuenta trabajo con esa mano como si fuera normal. ALGO está funcionando diferente. Puedo hacer con la izquierda algo que antes no podía y sucedió de repente. A la mañana siguiente luego de la clase de Yoga quedamos conversando y la profe
dice:
A que no tenés idea de cuantos años tiene Teresa?
A ver… ¡Dame la mano Teresa! Le tomo la mano, la palpo, la doy vuelta, le toco la cara, le miro los ojos y digo:
84 años.
¡Tiene 83! Dice la profe. A ver con Cristina.
¡Dame tu mano! Cristina. La tomo, toco su cara, miro sus ojos y digo:
42 años.
¡Cumplió 42 ayer! ¿Cómo hacés?
Hay que ser observador.
Me resultó extraño que diera tan exactamente con las edades. Me acordé de Carlos. Esto es lo que él dijo que me iba a pasar. En casa, ya de regreso, estaba intrigado. Me puse a tocar la guitarra y elegí una de aquellas canciones que me gustan, pero que por su dificultad no podía tocar a gusto. Afino, pruebo con la canción, practico y consigo tocarla mejor y sintiendo poca dificultad. POTENCIACIÓN DE HABILIDADES llamaría a este hecho de
poder ejecutar algo que no podía hace un tiempo. La transformación se me mostraba claramente. No era mágica, requería mi esfuerzo y deseo. Avanzaba y mejoraban mis desempeños. Contento con mis logros la pregunta surgía de nuevo: ¿Para que? ¿Por qué?
En varias actividades se repitieron los progresos en mi desempeño, mejores acciones mayores disfrutes. Mirando el cielo estrellado y sin luna un sonido desde arriba llevó mi atención hacia Orión. Esa constelación particularmente me gustaba, ahora ella me preguntaba y yo respondía. Sin Hablar. Averiguaba sobre mis vivencias, y los sentimientos que las gentes amigas causaban en mi. Pasó rápidamente ese paquete de intercambio de información. No, no era intercambio. Orión preguntaba y yo respondía, mis preguntas no tenían respuestas.
Como un dispositivo de escaneo, escaneaba durante el día y guardaba y en la noche Orión requería esa información, yo la daba sin poder decidir si quería o no, la entregaba.
No duele, no molesta. Perdí algo de libertad y se agregó a mi vida algo de confusión y bronca.
¡A mí! ¡Justo a mí que no me gusta ser alcahuete, batidor, ortiva, buchón. Vivo sin enfermedad y me siento como nunca. Pero me empieza ea resultar ser un sensor- transmisor de información sobre la humanidad, sus más íntimas percepciones y sentimientos iban para Orión. Prefiero la libertad a las mejorías en mis facultades, Carlos me embromó, no se puede obligar a nadie a hacer lo que no quiere - ¿no se puede? – y esa tarea compulsivamente, programadamente obligada que no puedo negociar…
No quiero huir del hermoso cielo estrellado, no quiero preocuparme por mi "trabajo" de sensar, sensor- acumulador- transmisor. Un nuevo desafío se presenta: Vivir y ser a pesar de eso que no puedo cambiar. Me calienta que me usen, me calienta que me hayan hecho eso sin preguntar – si me preguntaban decía ¡qué no!- y más me calienta que me haya costado años de sufrimiento dentro de una falsa enfermedad creada por "SU - MI" transformación. No voy a renunciar a ser feliz. Encontraré y buscaré.
No deseo seguir siendo el espía de ellos.
Las cosas malas vienen solas casi siempre y la mayoría de las buenas las debo procurar alcanzar.
No dejaré de PROCURAR.
Las dictaduras disfrazadas de buenos modales son peores que las que te confrontan directamente.
Males con "explicación lógica" igual son males.
Albertico,
02/03/2008
*Por el uso en otros foros de este cuento comunicarse con alberto3alberto@gmail.com éste pedido se refiere a mi interés en saber donde se usa y quien, mas o menos como cuando uno desea saber en que están sus hijos, gracias*

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